FILOSOFÍA

En nuestros espectáculos nos gusta que se respire un buen ambiente, que fluya la comunicación entre público y actores y que haya lugar para la espontaneidad y la improvisación. Para ello lo primero es transmitir lo que hacemos con cariño y tratar a los niños como personas que son, es decir, con criterio para apreciar (o no) lo que mostramos.

Como trabajamos para familias y además queremos oír más voces aparte de las nuestras, intentamos trabajar a un volumen razonable, sin estridencias ni ritmos machacones. De este modo hay más calma entre padres/madres y sus hijos a la hora de comunicarse. La idea es generar espectáculos entretenidos para todos los participantes y que pueda ser apreciado por bebés y abuelos, más allá de los gustos musicales.

Cuando dos niños que no se conocen se lanzan a bailar juntos movidos por la música, significa que se respira en el ambiente una armonía asequible a todo aquel que tenga dos oídos y un corazón.